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jueves, 20 de junio de 2013

UN INTRUSO EN LA EGREM

    La siguiente crónica es la última de una trilogía sobre mi relación con la EGREM. La primera fue “EMILIO QUESADA, UN AMIGO DE OTRO MUNDO”, publicada en este blog el 15 de junio de 2013 y que recomiendo haber leído antes de comenzar con el presente texto. La encontrarán pulsando en este vínculo:

    La segunda se llama “EN PLENA SOLEDAD, ESCONDIDOS Y DESNUDOS”, se publicó el 18 de junio de 2013 y la pueden leer si pulsan aquí:

    En la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM) yo siempre me sentí como un intruso. Aunque el trato que recibí de los empleados de la casa fue correcto, tuve la impresión de que para ellos fui un colaborador no integrado, un advenedizo de los que trajo Emilio Quesada durante su etapa como director. Por mi parte, no realicé muchos esfuerzos para que cambiara esa situación. Es que el que me consideraran un forastero tenía sus ventajas. La principal: entraba, hacía mi trabajo y me iba.

AGUACATES PA SUAVIZAR
    El mundillo que se movía alrededor de la única empresa discográfica del país tenía sus peculiaridades. Estaba el autor que me daba la lata para que incluyera su canción en mi próxima producción. Un cantante, enterado de que yo era enfermo al aguacate, quiso “suavizarme” para que le produjera un disco regalándome una bolsa de esos deliciosos frutos. Un percusionista de estudio, para cobrar más -se pagaba por cada instrumento que se tocara-, intentó convencerme de lo bien que le vendría a un cha cha cha darle un soplo brasileño, añadiéndole en tercer plano el sonido de un pandeiro. 
    Pero, picaresca aparte, la EGREM me dio la impagable oportunidad de conocer –y en algunos casos trabajar con ellos- a un grupo de magníficos profesionales de la grabación y edición, entre los que se contaban el polaco Jerzy Belc, Ramón Alom, Tony López y Eusebio Domínguez.   

DISCOS Y DETALLES
    A continuación les contaré detalles y anécdotas de los discos que, en 1981 y 1982, produje con Mirta Medina, María Elena Pena, Los Ramblers de Nicaragua, Grupo Proyecto y Flora Mazorra.



mirta medina y maría elena pena 
    Fue la primera producción que hice, en enero del 81, tras mis primeras semanas de observación y aprendizaje de cómo se trabajaba en la EGREM. Se programó para probar si yo estaba listo para mayores empeños, en modo “vamos a ver qué tal le sale esto a Ginori”. El músico que me asesoró fue Juan Formell, creador y director de Los Van Van. (1)
    La idea era grabar cuatro canciones, tres de ellas compuestas por Formell y la cuarta por un autor húngaro. Si el experimento salía bien, se publicarían  dos discos sencillos, de aquellos de 45 rpm. En una de las placas aparecerían dos temas cantados por la Medina: “Si yo pudiera estar cerca de ti” y “Vuelve para no dudar”. En el otro disco estarían, por la cara A un dúo de Mirta y María Elena titulado “Qué decir de ti” y por la cara B una versión cantada por la Medina de “Ne sirj”, que había gustado en Cuba cuando la húngara Klari Katona la dio a conocer durante sus actuaciones en la isla. Yo le hice una letra en español y la titulé “De ti, de mí”. (2)
DE TI, DE MÍ
Autor: Demjén Ferenc (Hungría)
Letra en español: Pedraza Ginori
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De ti, nada espero ya de ti.
Si aquel amor ya no es amor
tú tampoco esperes ya de mí.
De mí, aléjate de mí.
Una vez, hubo una vez, 
cuando dejé mi oscuridad.
Brillante fuego que creí
nunca apagaría su vivir.
De ti, sepárame de ti,
de mí, olvídate de mí.
De ti, apártame de ti,
de mí, despídete de mí
Ya ves, hoy ya casi nada
hay que explicar.
Te sientes como yo,
¿qué queda por hacer?,
éste es el fin.
De mí, aléjate de mí,
de ti, sepárame de ti.
De mí, olvídate de mí,
De ti, apártame de ti,
De mí, despídete de mí
y márchate de mí.
    Para escucharlo, pulse aquí:
orquesta los ramblers de nicaragua
    Era una jazz band que viajó a Cuba en agosto del 81, en uno de los frecuentes intercambios culturales entre su país y el nuestro, que por entonces eran hermanos. Los Ramblers sonaban bien y traían a un cantante melódico muy bueno. Alguien con poder para ello, encargó a la EGREM que les hicieran un disco en los pocos días que iba a durar su estancia. La pelota rebotó de arriba a abajo y fue al novato a quien le tocó. Me tuve que encerrar con ellos en el estudio en una jornada agotadora que comenzó por la mañana y terminó tarde en la noche, cuando les entregué una cinta con los cuatro temas que grabaron, entre los que estaba “Voy a perder la cabeza por tu amor”, de Manuel Alejandro. Aproveché la visita a La Habana de la orquesta y la incluí en un espectáculo de fin de semana titulado “¡Qué buen verano!”, que dirigí en el teatro Karl Marx.

grupo proyecto de gonzalo rubalcaba
    Gonzalito había sido niño prodigio. Recuerdo que, con 8 años, causaba gran impacto en el público televidente verle tocando muy bien la batería en mi programa “Juntos a las 9”, integrando un grupo con sus hermanos, que dirigía su padre. Al cumplir los 18 y tras superar un período de formación en las mejores escuelas cubanas de música, había encauzado su talento hacia el piano, la composición y la orquestación. Quesada le vio probabilidades de llegar a ser una figura fuera de Cuba y me encomendó producirle un par de temas, para promocionarle ante distribuidores internacionales de discos.
    Rubalcaba había nucleado a su alrededor a condiscípulos y amigos para fundar Proyecto, un supergrupo. Sus excelentes instrumentistas tocaban cualquier partitura que un orquestador fuera capaz de escribir, aunque tuviera 800 notas en un compás.  Integrantes destacados eran el baterista Conrado “Coky” García y un flaco que se llamaba Issac Delgado y soñaba con ser cantante.
    Proyecto fue una de las agrupaciones surgidas en los 80 en las aulas de nuestros estupendos conservatorios, de muchachones que abonaron con su talento la semilla que había sembrado Irakere y la hicieron germinar, rompiendo estereotipos y abriendo el camino por el que habría de transitar, años después, la explosión musical que se llamó “timba”.
    Debe haber sido en los primeros meses de 1982 cuando grabamos un complicadísimo arreglo de Gonzalito sobre un tema original de uno de sus saxofonistas, un joven de baja estatura de quien lamento no recordar el nombre. Se titulaba “Lloró” y la voz solista la puso Issac.
    Extraída de un cassette, la copia que tengo –no se extrañen si fuese la única que se conserva- no suena bien, pero sirve para darse cuenta del alto nivel musical que había alcanzado el grupo en ese momento. Escúchenla pulsando cualquiera de estos dos links:
Lloró - Grupo Proyecto con Issac Delgado (goear.com)


    Yo estaba entusiasmado con Proyecto. En mayo del 82 les programé dos veces en televisión: una en “Buenas tardes” y otra en un especial de promoción EGREM dedicado al Día de las Madres. El 5 de septiembre les volví a presentar en “Buenas tardes”. Y fue ese preciso día cuando la cosa se puso fea.
    Iba a salir el single con “Lloró” y de la empresa de discos me habían pedido el nombre del compositor para imprimirlo en la etiqueta. Cuando el ensayo del programa terminó, me dirigí al saxofonista bajito y le pregunté cómo se llamaba. El hombre se puso muy nervioso y, con voz vacilante, me confesó que él no era el autor del número. Que, en realidad, se trataba de un tema extranjero de salsa, del que Gonzalito había hecho una versión.
    -- Pero Rubalcaba me aseguró que era tuyo.
    -- Sí, pero al decírselo le engañó.
    -- ¿Y por qué no me advertiste? ¿Por qué nadie me lo dijo?
    -- Mire, Ginori, usted sabe… él es el director.
    En la EGREM tenían establecida una estricta política por la que solamente se podían grabar composiciones creadas por cubanos. Con ello se trataba de evitar el pago en dólares de los derechos de autor. Para incluir en un disco un número de un creador foráneo, el productor debía contar antes con una autorización especial.
    Fui a pedirle una explicación a Gonzalito y lanzó balones fuera diciendo que él se había enterado del asunto después de la grabación.
    -- Es que han pasado varios meses. Has tenido tiempo de decírmelo, ¿no?
    Sus alegaciones, expresadas con tibieza, no me convencieron. Era obvio que lo sabía desde el principio y se calló. Lo que a él le parecía un asunto sin importancia ponía en peligro la publicación de un disco que había significado una inversión económica de la que yo era responsable. Me encabroné. Tuve que comerme el marrón y dar la cara en la empresa para aclarar una situación que afectaba mi seriedad como productor y me hacía parecer un comemierda al que había engañado un niñato inconsciente. 
    Con los años, la fama de Gonzalo Rubalcaba se fue consolidando gracias a su extraordinario talento. Hoy es uno de los pianistas más importantes del jazz, un virtuoso respetado en todo el mundo. Afortunadamente para él, el hecho de que tras aquel incidente rompiéramos relaciones y no trabajáramos juntos nunca más, no perjudicó en lo más mínimo su exitosa carrera.

flora mazorra
    Emilio Quesada me había pedido que descubriera nuevos artistas que pudieran ser lanzados desde la EGREM. Por ahí se coló Flora, una chica muy tímida, que conocí en el teatro Karl Marx, donde trabajaba. Allí fue asistente de dirección en varios de mis espectáculos. 
    De extracción humilde, vivía en Guanabacoa en una casa en malas condiciones. Era eficiente, servicial y buena gente y cuando lograbas romper la coraza con la que se protegía, descubrías que era simpática y ocurrente. Le caía bien a todo el mundo menos a sí misma.
     Una vez, en los camerinos, la escuché entonar una melodía. Lo hacía francamente bien, con una voz grave, bonita, muy cálida.
    -- Oye, ¿tú has pensado en ser cantante profesional?
    -- ¿Yo? –preguntó extrañada.
    -- Tú misma.
    -- Estás más loco que un chivo – sentenció, poniéndome cara de “¿qué te pasa a ti?”.
    En los días siguientes, insistí y hablamos sobre el asunto. Me confesó que, por su miedo escénico extremo, lo había pasado muy mal las pocas veces que se había atrevido a cantar en público.
    Aunque ella tenía limitaciones que aconsejaban lo contrario, decidí soslayarlas y le comenté al director de la Empresa de Grabaciones que en el KM había una negra delgaducha con swing a la que yo le veía condiciones, un diamante sin pulir que podía encajar en su programa de nuevos talentos.
    -- ¿Tú me la recomiendas?
    -- Bueno, yo… A mí me parece que…
Y con la precipitación que le caracterizaba, sin haberla visto ni oído, se lanzó:
   -- Pues, si crees que vale, ¡vamos a promoverla!
    No había transcurrido una semana y ya Flora estaba sentada en el despacho de Quesada oyéndole relatar entusiasmado el plan de formación y apadrinamiento que él había pensado para que ella se convirtiera en una “Estrella EGREM”: clases de canto y movimiento escénico, diseño de imagen, vestuario, maquillaje, peluquería, actuaciones de prueba, campaña de prensa, etc.
    -- Lo primero que vamos a hacer es eliminarte ese apellido que recuerda a un manicomio. Te vas a llamar Flora, a secas.

FLORA CANTA A MANZANERO
    -- Toda tu preparación tiene que ser rápida. Porque si a Manzanero le gusta lo que vas a grabarle, te programaremos una gira por México este mismo año –afirmó Emilio, dando por cerrada la reunión.  
    No habíamos dado ni dos pasos por el pasillo y ya Flora, sorprendida y abrumada, me estaba preguntando:
    -- ¿Adónde tú me has traído? ¿Este hombre está hablando en serio?
    No sé de dónde había surgido la idea, más bien loca, de vincular a Armando Manzanero con Flora Mazorra vía EGREM. Yo mismo, al principio, creí que se trataba de una jodientina de las de Quesada. Pero no lo era; de hecho, algo se estuvo maquinando en secreto durante un tiempo. Bajo el mando de Emilio podían ocurrir cosas insólitas.
    En menos de lo que canta un gallo y como parte del plan de lanzarla a lo grande, yo comencé a prepararle un extended en el que ella interpretaría cuatro números del compositor mexicano. Me pareció que podía ser interesante que no fueran temas de los muy conocidos y elegí, del montón de discos manzanéricos que Quesada guardaba en su gran discoteca personal, las canciones que Flora finalmente grabó.
    Le pedí a Jorge Aragón que se olvidara del concepto “bolero” y se atreviera con arreglos imaginativos y rompedores. Aragón comprometió todo su ingenio y logró que nuestro Manzanero cubano sonara diferente. Por su parte, ella no defraudó. Se puso para las cosas, se olvidó de sus complejos y reticencias y nos entregó cuatro interpretaciones redondas, sentidas, preciosas.
Aquí están:
Flora interpreta a Armando Manzanero.
Orquestaciones y dirección musical de Jorge Aragón
Producción: Pedraza Ginori

Cosas como tú - Flora Mazorra (goear.com)






    Lo de Manzanero no cuajó. La idea de formar a Flora se quedó en nada por falta de presupuesto. Pero con las grabaciones ya realizadas, ella comenzó lo que pudo haber sido una interesante carrera artística. Trabajó conmigo en televisión y teatro durante varios años. Le gustaba a alguna gente, a una minoría que se enteraba.
    -- No va a pasar nada con ella –me aseguró una amiga con experiencia en asuntos de la farándula. (3)
    Abandonada a su suerte por los dirigentes que sucedieron a Quesada en la EGREM y dependiendo de sus escasas habilidades personales para promocionarse, no pudo sobresalir en un ambiente muy competitivo como era el de las cantantes, en el que resultaba muy difícil encontrar un nicho vacío. Oportunidades tuvo pero le faltó el favor del gran público, esa masa impredecible que pone y quita artistas y que en aquellos años de apogeo del pop, prefirió caerle atrás a las divas del momento, en lugar de apoyar a una desconocida de Guanabacoa sin glamour ni aguajes sobre el escenario, a una tal Flora que se paraba ahí, apretaba el micrófono para vencer la timidez y se ponía a cantar muy bien.

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R E W I N D
DOS NOMBRES QUE EMPEZABAN CON F
    Ahora pulsemos el botón de "Rewind" y vámonos atrás, al tiempo en que Flora era una ilusión. Tras hacerle algunas pruebas y convencernos de sus cualidades y su potencial, Emilio y yo nos entusiasmamos con la idea de que ella podría llegar a ser una nueva Freddy. (4)
-- Fíjate, si los dos nombres empiezan con F y todo.
-- ¡Coño! ¡Qué casualidad!
-- Nada, es el azar que las ha unido.
    Desde luego era un objetivo demasiado ambicioso, punto menos que inalcanzable. No se trataba solamente del apoyo que le pudiéramos dar nosotros. Es que faltaba un elemento fundamental que no estaba en nuestras manos: aunque Flora hubiese tenido, el talento y el temperamento de la legendaria cantante –algo que sólo el futuro diría-, la Habana de los 80 había perdido el ambiente noctámbulo y creativo que propició en el 59 el surgimiento de Freddy. Para repetir el fenómeno, habría sido imprescindible contar con un público que ya no existía, aquel que, veinte años atrás, acudía a los locales semioscuros de la Rampa y sus alrededores para vivir con intensidad la maravillosa atmósfera de la noche habanera. En la ciudad gris de los 80, los noctámbulos, el ambiente, los locales y hasta la noche se habían esfumado y sólo vivían en los recuerdos borrosos de unos cuantos nostálgicos.

EGREM EN TV
    Además de trabajar allí como productor discográfico, aproveché las sinergias creadas entre la EGREM y yo para realizar este programa de televisión:
ESPECIAL EGREM DÍA DE LAS MADRES
Grabación en videotape color, lunes 3 de mayo de 1982.
Locación: Estudios de la EGREM (calle San Miguel 410, Centro Habana)
Transmitido el sábado 8 de mayo de 1982 por el Canal 6 de TV Cubana, a las 14:30 horas / Duración: 60 minutos
Artistas: Beatriz Márquez / Grupo Proyecto dirigido por Gonzalito Rubalcaba / Mirta Medina / Sergio Farías / Cuarteto Los Modernistas / Argelia Fragoso / Orquesta Los Van Van / Soledad Delgado / Osvaldo Rodríguez / María Elena Pena / Juan Pablo Torres y su grupo Algo Nuevo
Entrevista a Marina Rodríguez (dirigente de la EGREM)
Presentadores: Marialina Grau y Ramón Fraga
Producción: Darío Larramendi
Guión: José Borrajo Lemus “Chepe” y Pedraza Ginori
Dirección: Pedraza Ginori
 
DESCARGAS (Y CALDOSAS) EN KAWAMA
    Durante el Festival Internacional de la Canción Varadero 81, la EGREM de Quesada hizo un lanzamiento de sus últimas producciones y lo reforzó presentando varias descargas en el club Kawama. Formé parte del equipo organizador de aquellas memorables noches de buena música improvisada. La directora de los shows fue Loly Buján y en ellos participaron, entre otros, la cantautora Marta Valdés, el pianista Emiliano Salvador, los bajistas Frank Rubio y Jorge Reyes, los bateristas Frank Bejerano y Changuito Quintana, Juan Pablo Torres (trombón), Tata Güines (tumbadoras), Bobby Carcassés (claves), Pancho Amat (tres), Saúl (laud) y los cantantes Miguelito Cuní, Ricardito Rivera, Sara González, Caridad Cuervo y José Antonio Rodríguez. La iniciativa fue un éxito total. El pequeño local no fue capaz de albergar a tanta gente. Muchos se sentaron en el suelo o permanecieron de pie. Cada noche, no se sabe cuántos se quedaban fuera. Cuando la descarga finalizaba, a las 4 ó a las 5 de la mañana y casi siempre por agotamiento de los músicos, la EGREM ofrecía gratuitamente un plato de caldosa a los asistentes. Si usted estuvo allí, seguro que lo recuerda gratamente. Si no estuvo, no sabe lo que se perdió. 
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N   O   T   A   S
(1)    Información para quien no la conozca: Los Van Van ha sido la gran orquesta de Cuba desde 1970. La que todos los cubanos, donde quiera que estemos, llevamos en el corazón.

(2)    Agradezco al amigo Raúl Fuillerat la información sobre los títulos de las canciones de Formell que se grabaron. Yo los había olvidado por completo.

(3)    Cuando salí de Cuba perdí todo contacto con Flora. A pesar de que pregunté por ella, que movilicé a amigos para que me averiguaran qué había sido de su vida, durante más de veinte años se me perdió del radar. Llegué a pensar que había fallecido. Pero un buen día de 2015 me enteré de que andaba vivita y cantando por La Habana. Y pude ubicarla. Mi amiga forma parte del elenco del espectáculo "Tradicionales de los 50", que se ofrece cada noche en las instalaciones de la Sociedad Rosalía de Castro. Algún día, más temprano que tarde, nos reencontraremos y estaré en condiciones de contarles más sobre ella y su carrera artistica.

(4)    Ah, antes de que se me olvide, permítame hacerle una recomendación: si usted no ha oído a Freddy cantando “El hombre que yo amé” (versión en español del standard de los hermanos Gershwin “The man I Love”), corra a Youtube y escúchela ahora mismo. No se puede andar por ahí sin haber vivido experiencias como ésa. Venga, vamos, pulse aquí:
El hombre que yo amé - Freddy (youtube) 

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1 comentario:

  1. Es increible Sr. Ginori cuantos recuerdos almacena Ud. en su memoria. Que para bien sea.
    Le agradezco todos estos relatos que nos acerca a la radio y la TV de entonces. De pequeñita me aprendí su nombre pues mis padres lo pronunciaban con afecto, ellos trabajaron con UD en casi todos esos programas musicales. Yo le deseo larga vida, tambien a los suyos. Encantada de leer su blog, siga usted recreandonos y alegrandonos el alma con bellos recuerdos. Gracias Ginori.

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