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miércoles, 8 de julio de 2015

EL YIN EN MADRID, JUNIO DE 2015 / SIETE ESTAMPAS


Estampa 1: PANTER Y TERESITA 
    El viernes 26 de junio de 2015, cuando aterrizó en Madrid el Iberia que me trajo desde Venecia, tenía el presentimiento de que me esperaban varios días de emociones fuertes. Después de veinte años de ostracismo voluntario en Galicia, me iba a encontrar en vivo y en directo con amigos cubanos a los que no veía desde mucho tiempo atrás.

    Del aeropuerto de Barajas me fui directo al hogar de Panter, a quien dejé de ver cuando era un niño. Panter, hoy ya un treintañero que reside en España desde hace años, es hijo de un matrimonio muy cercano para Loly Buján y para mí, el que integraron nuestros compañeros del ICRT Álex Álvarez y Teresita Rúa. Ellos y nosotros formamos una piña allá por los 80 y fueron innumerables las veladas que pasamos juntos en su piso de la calle 23, con aquella amplia y altísima terraza desde la que se podía divisar una panorámica del Vedado y allá abajo, en una especie de gran pedregal, el trasiego constante de camiones con los materiales que se empleaban en construir los refugios antiatómicos que salvarían de las bombas a la población civil cuando los yanquis malos malosos bombardearan La Habana.
    Álex, actor y director, lamentablemente falleció en 2003. Da la casualidad de que Teresita, quien sigue viviendo en La Habana,  estaba de paso por Madrid en junio, lo que me dio la oportunidad de reencontrarme con ella. Tere, además de una excelente actriz, es una persona de una enorme calidad humana. Actuó muchas veces en los programas dirigidos por la Buján y al calor del trabajo forjaron una gran amistad. Ambas se consideraban hermanas más que amigas. Tras por lo menos 25 años sin vernos, abrazar a Teresita y compartir recuerdos y experiencias con ella fue algo muy fuerte. En varias ocasiones, al mencionar a Loly, no pudimos evitar que brotaran nuestras lágrimas. Porque uno no es de palo y han pasado muchos años y muchas cosas.
Teresita Rúa y Panter Álvarez



Estampa 2: NELSON, NORA Y LISSETTE
    El sábado 27 por la mañana, vino Nelson Harrington a buscarme para llevarme a su casa, donde iba a albergarme los próximos días.
    Nelson es uno de los mejores musicalizadores que tuvo la TV Cubana, que destacó en la época en que era difícil hacerlo porque brillaban los grandes. Él y yo hicimos muchos programas juntos y no nos veíamos desde que se asó por primera vez la manteca. Harrington lleva 34 años en Madrid. Al llegar al exilio tuvo que reciclarse, como la mayor parte de los cubanos, y para ganarse los frijoles negros trabajó como guionista, camarógrafo, editor, etc. llegando a dominar el campo del audiovisual. Es un artista; sólo hay que ver los cuadros que pinta. Ahora está jubilado.
 Nelson Harrington y Nora Avés
    Nelson y su esposa Nora Avés, a quien yo no conocía personalmente, se hicieron tan amigos míos por Facebook allá por 2013 que un día decidimos considerarnos primos. Se puede decir que me adoptaron, integrándome en su bien llevada familia. Ambos forman un matrimonio entrañable, que transmiten decencia y buen rollo. Son gente servicial y desprendida, tanto que hasta al principio me sentí cortado porque uno es un huésped que no quiere molestar pero enseguida me tranquilicé al comprobar que me ofrecían su hospitalidad con sinceridad en los ojos. Allí conocí a su hija Lissette, una joven fotógrafa de mucho talento y a Kira, su nieta de nueve meses que los tiene abducidos y con la que practican encantados el abueling.

    Nora es una persona dulce, de gran sensibilidad y sentido del humor, abierta al arte y a la literatura, de conversación fluída y enriquecedora. Escribe muy bien pero no ha dado a conocer lo que hace. Quedó en mandarme algunas de sus obras. Trabajó durante muchos años en una organización que ayudaba y resolvía problemas a inmigrantes y refugiados, entre ellos cubanos que llegaban a España en busca de una nueva vida, y eso marcó su carácter.
 Nora Avés, Lissette Harrington, Yin Pedraza Ginori y Nelson Harrington.
En la pared, un retrato de Greta Garbo pintado por Nelson.

    Pasar tres días en el cálido hogar de Nelson, Nora y Lissette, conversar con ellos de lo humano y lo divino, fue para mí una experiencia muy agradable. Todas las noches nos cogieron las tantas de la madrugada paliqueando. Espero no haberles defraudado ya que deseo fervientemente que eso de ser primos deje de ser una ocurrencia ficticia y se convierta en una realidad.


Estampa 3: ALFREDO Y MERCY
    En mi agenda de reencuentros figuraban, en lugar destacado, Alfredo Brito y Mercy Díaz, afectos de los años, dos grandes profesionales con quienes trabajé cuando ellos formaban parte, con Julio y Abelardo, del formidable cuarteto vocal Los Brito y mejoraban con sus actuaciones los programas en que se presentaban.
    Como a tantos otros amigos, les perdí la pista hasta que un buen día nos contactamos vía Facebook. Alfredo y Mercy siguen activos. Lamentablemente sólo pudimos hablar por teléfono. Una molesta conjuntivitis que afectaba a Mercy impidió que nos reuniéramos. La próxima vez será.

Mercy Díaz y Alfredo Brito


Estampa 4: JUAN CARLOS Y MANU
    El domingo 28 me fui al barrio de Moratalaz para conocer en persona a un cubano con quien simpaticé desde que supe de él via Facebook, red social en la que es muy activo y cuelga sus materiales casi a diario.
    Juan Carlos Cuba es informático, profesor, un tipo con gran sensibilidad social, muy interesado por el arte y la cultura. Resultó un placer conversar con él, bebiendo cerveza en el acogedor patio de su casa. Nos contamos nuestras batallitas e iniciamos una amistad que confío no sea cosa de una tarde.
Juan Carlos Cuba

    Él trabajó en La Habana en Artes Escénicas y resulta inexplicable que no hubiésemos coincidido entonces ya que girábamos en órbitas muy cercanas. Comprobé lo que me había imaginado: es un tipo especial, inteligente y lúcido.
    Por allí cerca, jugaba su hijo Manu, a quien conocía de verle en fotos y uno de los principales motivos por los que quise conocer en vivo a Juan Carlos. La relación que él mantiene con Manu está caracterizada por el amor y la ternura. Es raro toparse con un cubano tierno. Y Juan Carlos lo es.
Juan Carlos Cuba con su hijo Manu



Estampa 5: MIGUEL, LARISA Y MILA
    En el mismo Moratalaz, a sólo unas cuadras de Juan Carlos Cuba, reside Miguel Chávez, cantante, pianista, compositor, orquestador. Décadas atrás, Chávez fue una de las figuras artísticas más populares de Cuba, ganó premios representando a nuestro país en festivales internacionales y alcanzó renombre girando por los países socialistas, en especial por la Unión Soviética. Un video-recital suyo que me enseñó fue transmitido para recibir el año nuevo en la actual televisión rusa. Dicho programa se puede ver en Youtube, donde aparece registrado como “Recital Os Invita Miguel Chávez”.

    En su amplio apartamento, en el que se respira música no más entrar, comparte su vida con su esposa rusa Larisa y la hija de ambos Mila, una atractiva joven cantante que se abre camino en el difícil mundo de la música popular actual.
Miguel Chávez, Mila y Larisa

    En el recuerdo de muchos cubanos están presentes las composiciones de Chávez, sus dúos con Beatriz Márquez, su estilo de expresar sus canciones. Me acuerdo de sus hits “Diamela”, “Cuando te vas” y de aquella que hablaba de un banco en el parque y decía:
el chico de enfrente,
el del pelo negro,
el que tú decías que a mi se parece,
al parque no viene.

    Para mí resultó una situación conmovedora la de, tras una tonga de años, volver a ver a Miguel Chávez, con quien trabajé en muchas ocasiones en la tele cubana. Nos fundimos en un largo y emocionado abrazo. A través de él, yo estaba abrazando a tantos y tantos buenos artistas que crecieron conmigo llenando de calidad musical mis programas

    Mi gratitud a Miguel, Larisa y Mila por el recibimiento tan cordial y los buenos momentos que pasé con ustedes.



Estampa 6: DILSIA Y JUAN PEDRO
    Un día de 2014, cuando yo, aterrillado, andaba buscando por Facebook a alguien que me hiciera un gran favor relacionado con la enfermedad de Loly, mi amiga Isabel Cristina Llanes me puso en contacto con Dilsia Pérez Ponce, una habanera residente en Madrid, de carácter abierto, comunicativo.
    Dilsia es de esas personas generosas que te ofrecen su ayuda sin conocerte, sólo por el placer de echarte una mano. Se compró mi personaje y mi problema de una manera tal que me impresionó. Desde entonces nos convertimos en amigos virtuales, de chat y teléfono.
    Al arribar a Madrid tenía yo una gran ilusión en toparme con ella, para agradecerle en persona lo que hizo por nosotros.

    Dilsia está casada con Juan Pedro, un español cubanizado por ella y por haber estado en Cuba una pila de veces. Con él acudió a encontrarse conmigo el domingo 28 de junio. Son tal para cual, gente despierta, alegre, afectuosa. Enseguida conectamos. Nos sentamos en una terraza y pasé con ellos dos o tres horas deliciosas, conversando, riéndonos y, lo más importante, haciendo planes para el futuro.

    Ese primer encuentro con Dilsia y Juan Pedro, como se dice en una escena del filme “Casablanca”, presiento que fue el comienzo de una gran amistad.
Dilsia Pérez Ponce, Yin Pedraza Ginori y Juan Pedro Fernández



Estampa 7: MERCY, YOLANDITA Y LUIS
    El lunes 29, último día de mi estancia en la capital española, lo dediqué a reunirme con tres personas a las que tenía muchas ganas de ver.
   Con la primera de ellas, Mercy Pais, quedé en la enorme estación ferroviaria de Chamartín. Mercy es productora y organizadora de eventos en Madrid. Ella y yo nos conocimos allá por los 80, cuando ella trabajaba en el Ministerio de Cultura y por motivaciones personales asistía frecuentemente a la realización de mis programas.
 Mercy Pais

    Durante años, compartí con ella muchos momentos buenos y disfruté esa visión perspicaz de las cosas que la caracteriza. No recuerdo que hubiese entre nosotros una sola diferencia de opiniones. Aunque han transcurrido casi 30 años, sigue siendo la misma: jovial, abierta, de esas personas que sientes que nunca te esconden la bola. Conversar con ella en Madrid, refrescar nuestra amistad, fue un regalo, una delicia.

    De Chamartín, ella y yo nos fuimos en el metro hasta el centro de la ciudad para visitar a Yolandita Ruiz. Qué sorpresa se llevó Yolandita al verme llegar acompañado por Mercy a quien no veía hace tiempo. Tremenda cháchara se formó, esa desordenada y sabrosa que se monta entre compatriotas que se quieren poner al día de sus vidas.
    Me atrevo a afirmar que no hay un cubano de cuarenta para arriba que, viva donde viva, no esboce una sonrisa cuando se menciona a Yolandita. En la tv cubana desarrolló una interesante carrera artística ganándose, a base de calidad interpretativa y encanto personal, la admiración y el respeto del público y de sus compañeros.
Yolandita Ruiz

    Actuó muchas veces a las órdenes de Loly Buján y otros grandes directores en aquellos programas dramáticos que hicieron historia, cuando los cubanos sentían orgullo de nuestra televisión. Loly la consideraba una excelente actriz joven, con mucho futuro y le dio papeles importantes, integrándola en el equipo de grandes intérpretes con los que solía trabajar (Paulín, Toraño, Dantés, Margarita Balboa, Verónica, Miriam Mier, Josefina Henríquez, Miguel Navarro… ¡qué piquete!, el Team Cuba le llamaba yo).
    Yolandita lleva años trabajando en España como actriz, profesora y directora y no ha perdido un ápice de su frescura.


    En cierta ocasión escribí en este blog lo siguiente:
Luis Téllez, ingeniero de profesión,
una de las voces más hermosas
de la nueva generación del filin y una persona decente,
aspecto extraartístico que para mí reviste gran importancia”
    Después de la cita con Yolandita, yo debía verme con Luis. Pero la Ruiz es una gran conversadora y la charla con ella se extendió más de lo previsto. Resultado: él se cansó de esperar y se nos apareció en casa de Yolandita.
    Creo que la primera vez que él cantó en un programa dirigido por mí fue en 1969, en un espacio dominical titulado “Música popular”. Desde entonces trabajamos juntos un carajal de veces y forjamos una amistad que el tiempo y la distancia no ha podido debilitar.
    En esa tarde-noche madrileña de añoranzas, Téllez y yo nos fajamos a contar anécdotas de 30 y 40 años atrás y surgió en el recuerdo mucha gente buena que me acompañó en mi carrera profesional, enriqueciéndola: José Valladares, Pablo Santamaría, Ela Calvo, Orestes Macías, Raquel Hernández, Ojedita, Sergio Farías, los Yo, Tú, Él y Ella…

    Unos días después, Luis publicó en su muro de Facebook una imagen de nuestro encuentro acompañada de unas hermosas palabras:
Luis Téllez y Yin Pedraza Ginori

“Esta foto es un entrañable testimonio de un par de hermanos
a los cuales la vida les regaló el infinito placer del reencuentro
al cabo de muchos años en la ciudad de Madrid,
exactamente en casa de otra entrañable colega y amiga:
la simpar Yolandita Ruiz.
Señoras y señores, ante uds. el Sr. Eugenio (Yin) Pedraza Ginori.
Gracias Yin, en mi nombre y por todos
los que llevados de tu mano y gran talento
crecimos y consolidamos nuestro arte en Cuba.
Un abrazo eterno maestro”.

    Gracias, muchas gracias a Mercy, a Yolandita y a Luis por ese lunes estupendo en Madrid.

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 La empresa norteamericana Create Space / Amazon ha publicado,
en formato papel, mis dos libros "Pedraza Ginori Memorias Cubanas".
Sus páginas son un compendio de mis experiencias y mis circunstancias, vividas en el mundo de la televisión, los espectáculos, la creación musical,

la radio, la publicidad y la prensa.
Los dos volúmenes recogen, en clave autobiográfica, sucesos, “batallitas”, semblanzas, anécdotas y reflexiones personales.
El Libro 1, “Eugenito quiere televisión”, tiene 342 páginas. 

El Libro 2, "Quietecito no va conmigo", 362 páginas.
Ambos están a la venta en las webs
 www.createspace.com  www.amazon.com  www.amazon.es

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4 comentarios:

  1. Wow Ginori.. Q placer leerle desde Toronto. Me da la posibilidad de saber de tantos de nuestros buenos artistas,que al igual que muchos, andamos fuera de la Isla. Gracias por este blog!! Son recuerdos hermosisimos, parte de nuestra propia vida. Saludos

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  2. Teresita Rua y Yolandita Ruiz.. siempre en mi memoria :)

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  3. Leo y leo todos sus escritos y cada vez me asombro mas de cuantos cuabanos andamos por este mundo de dios , yo vivo en Montreal, tengo 55 anos asi que pase mi juventud viendo todos sus programas y los de su esposa y me precio de tener muy buena memoria, pero por ejemplo no me acuerdo del baile de juanito ,quizas fue que en esos momentos tenia a mi primer bebe y ya no tenia tanto tiempo para seguir la moda, hay muchos artistas inolvidables pero que no sabemos nada de ellos ,y me encanta saber y ver que siguen trabajando y estan bien ,por otro lado me tren muchas nostalgias ,a veces el pasado es dolor.Muchas gracias por sus memorias.

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  4. Gracias por todos todas esas memorias tan hermosas de la TV cubana.

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