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miércoles, 14 de marzo de 2018

ÉXITO DE “LOS BASURITA DE CARAJILLO” EN SAN NICOLÁS DEL PELADERO

PEDRAZA GINORI: ¿INSIGNE ESCRITOR O SANACO?

Crónica-entrevista de Éufrates del Valle
publicada en "El Imparcial"
de San Nicolás del Peladero.


   Al extenderse como la pólvora por San Nicolás del Peladero el rumor de que Pedraza Ginori había publicado una novela en la que se reflejaban la vida y costumbres de Carajillo, término municipal cercano al nuestro y entrañablemente querido por todos los nicolaspeladerenses de bien, la incomparable señora alcaldesa Remigia, benémerita y encopetada esposa de nuestro admirado alcalde Don Plutarco Tuero, llamó “Agamenóóóón” a su mayordomo y le encargó que entrara inmediatamente en el Internete, un lugar o país en que hay una tienda librería llamada Amazon. Le ordenó que una vez allí adquiriera un ejemplar de dicha novela.

   Según ha referido la distinguida señora alcaldesa a este humilde cronista, desde que comenzó la lectura de “Los Basurita de Carajillo” resultó cautivada por la magnificencia del relato y la exactitud con que el insigne escritor ha sabido reflejar a los personajes y sus entornos circunstanciales.


   La dignísima dama ha tenido a bien facilitarme el libro, en calidad de préstamo, y debo reconocer que me ocurrió lo mismo que a ella. Sumergido en sus páginas hube de  divertirme, emocionarme y conmoverme hasta el infinito. No hay dudas de que estamos en presencia de la mejor novela escrita en idioma español en todos los tiempos, con perdón de Cervantes.

   Ante tal suceso editorial, hito en la historia de la literatura mundial, he querido entrevistar para mi periódico El Imparcial a Don Pedraza Ginori, coloquial y cariñosamente conocido por Yin.

─¿Cómo surgió la idea de escribir una novela sobre un pequeño villorrio de provincias, perdido en el corazón de Las Villas?
─Mi querido Éufrates, antes de contestar su pregunta, permítame decirle que se ha pasado usted cuatro pueblos en sus apreciaciones. Ni es la mejor de todos los tiempos ni es un hito en la historia de la literatura mundial. Y, por supuesto, no soy un insigne escritor.
─Por favor, Señor Ginori, no sea usted modesto. Debe usted asumir su propia grandeza creativa. Mi colega humorista, el gran Pepe Pelayo, hombre sabio donde los haya, lo ha calificado como “el artista vivo más completo que he conocido”.
─Yo pienso que esa opinión de mi amigo Pepe fue vertida bajo los efectos de la borrachera que le produjo la ingestión de cuatro litros de chicha chilena. Solo así se explica que se haya expresado de tal forma. Aclarado el tema, paso a responder su pregunta. Ante la evidencia de que voy a cumplir 80 años y cada vez me queda menos  en este mundo, decidí que sería una lástima que el día que me fuera se perdieran los recuerdos que atesoro sobre mi niñez y juventud en un pueblecito similar a Carajillo. Así que me puse a escribir y fueron saliendo los capítulos.
─¿Se trata de una obra autobiográfica?
─No. En sus 434 páginas se narran innumerables sucesos e historias, pero en ningún momento el lector hallará la biografía de un auto. Por tanto, no es autobiográfica.
─¿Es usted el niño Mito, uno de los protagonistas de la obra?
─No, en absoluto, aunque tenemos cosas en común. Por ejemplo, ambos somos sanacos, aunque hay una diferencia sustancial. Mito es sanaco desde que nació y yo en mi infancia no lo era. Adquirí esa categoría poco a poco, según fui creciendo.
─En la novela hay una mención a San Nicolás del Peladero. 
─Efectivamente, en la página 414.
─¿Podemos desvelar a mis lectores qué se dice de nuestro pueblo allí?
─No, me temo que sus lectores van a tener que comprar el libro para enterarse.
 ─Permítame decirle que en estos momentos está leyendo la historia de los Basurita nuestro adorado alcalde Plutarco Tuero, quien me ha confesado que es el primer libro que lee en su vida. Impactado por tan excelsa obra, no ha querido llegar a la página final para recomendarla en sus conversaciones y ya se ha formado una cola de personas que esperan por el ejemplar para sumergirse en las peripecias y circunstancias de los carajillenses.
─¿Y se puede saber quiénes están en esa cola? 
─Pues lo más selecto de nuestra sociedad: Montelongo Cañón, el Doctor Chapotín, el gallego boticario, Ñico Rutina, Panchón Majagua y la insoportable señorita Escolástica, la que siempre me está acosando con sus requiebros amorosos. 
─¿Y el sargento Arencibia, jefe del Tercio Táctico, no ha mostrado interés en leerla?
─Hasta ahora no. Pero, ya usted sabe que él no es muy dado a la lectura porque una vez leyó la mitad de una revista Bohemia y terminó agotado por el esfuerzo. Quedó puesto y convidado. 
─¡Vaya, hombre, qué contrariedad! Me voy a quedar con las ganas de conocer qué opinan sobre mi obra las autoridades militares.
─Sr. Ginori, le agradezco en nombre de El Imparcial, o sea, en mi nombre ya que soy el propietario y único cronista del mismo, que me haya concedido unos minutos de su valioso tiempo.
─Pero, cómo, ¿ya se acabó la entrevista?
─Sí, es que mi periódico solo tiene una página y se ha agotado el espacio que le tenía reservado.
─Qué lástima, porque esto de ser entrevistado y salir en la prensa me gusta bastante, como a todo sanaco que se respete.
   Dejamos al eminente literato tomándose un refrescante batido de mango en nuestro emblemático y concurrido café “La Flor de Galicia” mientras escucha el danzón que canta Barbarito Diez acompañado al piano por el Maestro Cheo Belén Puig y corremos a la redacción para escribir estos párrafos, no sin antes recomendar a todos nuestros lectores que entren en la web de Amazon y adquieran ejemplares de “Los Basurita de Carajillo” en la seguridad de que les van a proporcionar tanto placer como el que disfrutan cuando se beben un guarapo frío bajo los rayos llameantes del sol tropical de las tres de la tarde, hora célebre en todo el territorio nacional por ser aquella en que mataron a la señorita Lola de la que habla la popular guaracha.

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